sábado, 6 de febrero de 2010

Introducción. Belsazar.

Durante el tercer año del reinado de Ciro en Persia, uno de los sabios del reino, Belsazar, solicitó permiso para ayunar durante tres días en el desierto. El rey, confiando en él, le otorgó su permiso.

Belsazar se estableció en un punto que sólo él y Dios sabían, en el Desierto de Siria, entre Jerusalén y Babilonia, pero por donde ninguna caravana o viajero cruzaban. Aun así no había ido sólo y cuatro soldados lo acompañaron.

Sucedió que al tercer día de estar allí cumpliendo el ayuno. Levantó la mirada, observó a los soldados profundamente dormidos y vió aparecer a un hombre vestido con ropas color turquesa, su rosotro apacible; y sus antebrazos y sandalias brillaban como el oro. Se aproximó, y sus palabras sonaron dulces pero poderosas. Al oirlas Belsazar se postró, rostro en tierra.

Y, aquel que le hablaba, se acercó, le tocó; ydespués de ayudarlo a sentarse le habló:

- Oh, Belsazar, hombre humilde, hijo predilecto de Dios. Atiende a las palabras que yo, Uzziel, voy a decirte y llevalas en secreto a cabo, porque me han enviado a ti.

Belsazar aun temblando por la aparición prestó atención. Y el ángel le dijo:

- Llegará el día en que el Señor envié a su hijo, su misión en el mundo sólo Dios la conoce.Pero cuando sea pequeño, cuando nazca, necesitará protección. si dos fueron los magos, Jannes y Jambres, que mediante ates arcanas entraron en el cielo y no quisieron salir. Así tú deerás buscar cuatro plebeyos sin títulos relaes, en el norte, en el oeste, en oriente y en el sur. Les enseñarás lo que sabes y otorgarás acceso a la biblioteca de Babilonia. Deberán prestar atención a las estrellas para seguir su camino, pero se abrirán paso en sus paises acosados por intrigas pero se harán poderosos como reyes. Cada uno buscará un alumno en su tierra y lo instruirá como tú a ellos .Pues unos sucesores suyos acudiran en la ayuda del hijo cuado nazca y le rendirán pleitesía por amor.

- ¿Cuánto tiempo tengo para encontrarlos?- preguntó Belsazar.

El ángel Uzziel, que ya se levantaba para irse, alzó la mirada a lso cielos y respondió:

- Un año y dos años más. Deberás encontrarlos en ese tiempo antes de la fecha que otros te dieron antes que yo; entonces deberás haber cumplido ese trabajo.

Belsazar volvió a Babilonia a la corte del rey, y a su trabajo de sabio. Pero todos los atardeceres espiaba la llegada de los últimos viajeros. ASí conoció a cuatro niños: Jesrón, Jamal, Misac y Arioco. Eran de Cesarea, Khas-kuh, Ankara y Berenice. Y, mientras que Jesrón, Jamal y Misac tenían una tez clara, Arico la tenía oscura como el ébano.

A los cutro cogió de alumnos. A lso cuato enseño e instruyó. A lso cuatro les hizó aprender a leer en las estrellas; y, crecieron en conocimientos y sabiduría a espaldas de Ciro, pues de ellos nadie debía saber. Había tneido suerte, y los plazos los cumplió.

Llegó el día en que los cuatro alumnos debían retornar a sus tierra. Entonces les dijo:

- Estad atentos. Que cada uno de vuestros alumnos este atento. Un día se verá una estrella en el cielo. Será la Estrella que marcará la venida al munod del Hijo, y vosotros o vuestros herederos en el saber debereís acudir para protegerlo.

Después se abrazaron, se despidieron; y, cada uno volvió a su tierra. Belsazar no volvió a saber más de ellos y su recuerdo se perdió en el olvido del tiempo.

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